Un clásico con tendencia a desaparecer. El progreso -que no siempre significa mejorar las cosas- avanza de manera imparable. Parece que, últimamente, sólo nos escriben los bancos y las compañías telefónicas o del gas...
De todas formas, algunas tradiciones tal vez merezcan ser conservadas. Así que, con ilusión y nuestros mejores deseos, ahí va una anticuada postal para expresar nuestros mejores deseos en una fecha tan señalada como el cumpleaños del hijo de Dios. Sobre un papel de color queda muy bonito.
La idea es pegar el árbol como "portada" de la postal, y al abrirla poder contemplar el nacimiento y una dedicatoria. ¡Esperamos que os guste, familias!

No hay comentarios:
Publicar un comentario